Cuando te
preguntan acerca de tus navidades de la infancia, seguramente no te acuerdes de los regalos que
recibiste, sino de las tradiciones familiares y las emociones compartidas.
materna te propone estos consejos para vivir las fiestas de manera más
espiritual y menos consumista.
Los recuerdos que más apreciamos de nuestras
navidades de chicos no son los regalos, sino todo lo que implicaba la navidad y
las tradiciones que se repetían año tras año. Lo que se recuerda son los
sentimientos y las relaciones con la familia.
Los
pequeños detalles son imborrables: una comida típica de navidad, una canción
especial, cierta actividad, las
decoraciones…Lo que a los chicos más les gusta es pasar ese tiempo especial con
su familia y realizar actividades especiales todos juntos.
Consejos
Priorizar
el tiempo en familia:
Aunque el
último mes del año puede llegar a ser un caos para todos, lo importante es
tratar de encontrar un tiempo para estar con nuestros seres queridos. Es la
época justa para determinar qué es lo que de verdad importa.
Sería ideal
que los padres se hagan un espacio diario en sus agendas para pasar tiempo con
los hijos elaborando ese detalle de navidad que van a aportar ellos.
La elección
de los regalos
Es
importante que los chicos comprendan que en las fiestas todo no pasa por los
regalos. No queremos que llegue la noche del 24 y que nuestros hijos abran los
regalos y lo primero que digan es: “¿Esto es todo?” Es la tarea más complicada,
porque durante este mes los chicos ven promociones de juguetes por todos lados
y tienen la idea fija en la cabeza.
Ideas para
sembrar tradiciones familiares
Instalar
tradiciones familiares son una excelente opción para darle un significado más profundo a las
fiestas, compartir un tiempo en familia con un objetivo lindísimo que ayuda a
los padres disminuir el ritmo voraz de fin de año.
Que los
chicos elaboren todos los años un adorno nuevo para el arbolito. Pueden hacerlo
con cerámica fría, papeles de colores, cartones....todo sirve. Sólo hay que
dejar volar la imaginación.
Que los
padres y los hijos salgan a buscar un personaje nuevo para el pesebre. De esa
manera, todos los años se agrandará la escena de la noche buena. El día que decidan armarlo, los chicos pueden participar, eligiendo el rincón de la
casa para montarlo. De paso, los padres pueden recordarle el sentido de la
noche buena.
Infaltable,
el armado del arbolito el día de la virgen, el ocho de diciembre.
La
selección de una canción, o villancico para que ellos practiquen y canten
frente a la familia. Si alguno toca un instrumento, mucho mejor. ¡Cuánta
diversión!
Una idea
aportada por una socia que se llama "La caja de los deseos". Todos
los integrantes de la familia, elegirán un deseo para el próximo año para un
integrante de la familia y se lo dará como regalito la noche de navidad.
"Abuela: te deseo buena salud para este año". "Mamá: Te deseo
muchísima alegría para este año".... y así sucesivamente.
Otra
lindísima iniciativa familiar es participar en alguna acción solidaria.
Preparar una caja navideña para regalar a una familia que carece de recursos es
una linda tradición para instalar. Enseñarles desde chicos a solidarizarse con
el prójimo, es de los valores que nunca deberían perderse.
Pintar un
género para que sea el mantel de la noche buena.
Enfocarse
en las actividades de familia va a ayudar para que tu hijo disfrute de este mes
y recuerde para siempre los momentos compartidos. No importa tanto lo que
regales sino la calidad de la relación y la capacidad de divertirse en familia.